El río Tormes y su entorno han formado parte de la historia de la ciudad de Salamanca desde sus primeros pobladores, conformando, gracias al conjunto de elementos naturales que lo integran, un eje natural de patrimonio natural, cultural, histórico y artístico. Este eje, constituye un largo corredor verde en la prolongación aguas arriba y abajo, tanto dentro de la ciudad como a lo largo de sus municipios limítrofes, y conecta con los paisajes y ecosistemas que rodean a la capital.
Dentro de la estrategia de red de infraestructura verde de Salamanca, el Ayuntamiento de Salamanca ha desarrollado el Proyecto de Corredores Verdes en el que, partiendo de la arteria natural del río Tormes, se ha buscado generar espacios naturales conectados entre sí, favoreciendo los flujos de población de especies vegetales y animales, todo ello dirigido a aumentar la calidad de vida de su ciudadanía y a mejorar la biodiversidad urbana. De esta forma, el río deja de ser una barrera natural para convertirse en un espacio disfrutable por salmantinos y turistas. En definitiva, los Corredores Verdes cohesionan barrios y proporcionan desarrollo para sus habitantes, abriendo el río Tormes a la ciudad de Salamanca.
Las actuaciones llevadas a cabo, enmarcadas dentro de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI) TORMES+ y con financiación de fondos FEDER, constituyen una nueva visión de los rincones naturales en Salamanca y proporcionan múltiples beneficios medioambientales, económicos y socioculturales, dando respuesta a un nuevo modelo de urbanismo, donde se busca generar espacios más amables para la ciudadanía y más ricos en biodiversidad de especies, generando un entorno de ciudad más saludable.
Estos corredores verdes permiten conectar las diversas zonas de ocio y disfrute habilitadas a lo largo de la ribera del río Tormes, como el Parque Botánico de Huerta Otea, los Huertos Urbanos, Lonja Urbana, Parque de Aventura, Zonas con elementos biosaludables y otras zonas recreativas estanciales a lo largo de toda la ribera, mediante caminos, sendas y pasarelas que atraviesan el río, todos ellos dotados de farolas, bancos, fuentes, etc. que permiten el paseo disfrutando de un entorno natural o la práctica de deportes como el running o el ciclismo a través del circuito ciclista de casi 10 kilómetros de longitud conectado con el resto de la ciudad, más allá de Salas Bajas, hasta La Aldehuela y por extensión hasta el municipio de Santa Marta de Tormes a través de la Isla del Soto para un total de 13 kilómetros de riberas transitable.
En el desarrollo del Proyecto de Corredores Verdes, se han transformado más de 28 hectáreas sin ordenación entre las zonas de Salas Bajas y El Marín para convertirlas en corredores ambientales y paseos peatonales de ribera compatibles con usos deportivos y de ocio, incrementando el arbolado con la plantación de 10.000 unidades de diversas especies, aumentando la vegetación de ribera en 52.697 metros cuadrados, potenciando la biodiversidad autóctona y estableciendo más de 8 kilómetros de recorridos.
Suponen, por tanto, una mejora en la calidad medioambiental de la ribera, contribuyendo a mitigar los futuros impactos del cambio climático. En esta mejora de la biodiversidad se contempla también la salvaguarda de las zonas más inaccesibles del río como reservas para la avifauna mediante la instalación de 118 unidades de refaunación y el desarrollo de hábitats para las diversas especies del río.
El Proyecto apuesta también por la puesta en valor de elementos que forman parte del patrimonio cultural y etnográfico de la ciudad como son diversas construcciones hidráulicas históricas que suponen vestigios únicos de la época en que el río era epicentro de la actividad económica de Salamanca, como la Noria de Sangre, la pesquera de Tejares y el azud de Huerta Otea, elementos ya rehabilitados con Fondos FEDER dentro del programa EDUSI TORMES+.
Por último, resaltar que, el río Tormes y los Corredores Verdes, constituyen un entorno ideal para llevar a cabo propuestas didácticas dirigidas a alumnos de centros educativos, colectivos, asociaciones, turistas y ciudadanos en general, que permiten difundir aspectos relacionados con su patrimonio natural, conservación de espacios naturales, conocimiento de flora y fauna, fomento de la biodiversidad, el respeto por el medioambiente y la educación ambiental, así como el patrimonio histórico, cultural y etnográfico.